miércoles, 29 de enero de 2014

Néctar

Como os avanzamos os presentamos Néctar de Bodegas González-Byass denominación de origen Jerez-Xérès-Sherry y el tipo de uva que utiliza para hacer este caldo es Pedro Ximénez. Hemos elegido este vino para añadirlo a nuestra crónica vinícola, en nuestro post número 100, por que es una joya enológica, al igual que el ser humano crece con el paso del tiempo, Néctar se crece también y al igual que el hombre transforma sus gustos, Néctar se transforma para gustar a quienes lo catan.
La botella en apariencia no tiene mucho que destacar, su etiquetado es sobrio de un dorado elegante, su tapón típico del Jerez en T, que al quitarlo se graba en nuestra nariz el aroma dulce de este caldo. Ver como se cae en la copa es una maravilla ocular, teniendo en cuenta que se saca de uva blanca dejada al sol para convertirse en pasas continuando su maduración 9 años en las botas (barricas) adquierendo ese color ébano de ribetes (bordes) tirando a yodo, muy denso, viendo el líquido en el catavino, amaga con tener lágrimas pero aparecen como cortinas, tiñiendo de ocre el transparente vidrio. Al oler este portento enológico nos recuerda a pasas, un poco a miel pero lo que nos llama la atención es su textura en boca, la densidad apreciada con los ojos se traduce en un caldo con mucho cuerpo pero sedoso y se te queda el sabor tanto tiempo que te dan ganas de otro sorbo.
En fin, un post que nos ha encantado hacer e invitamos a probar este vino con esencia andaluza.

jueves, 23 de enero de 2014

Monte Ducay Crianza 2010

Después de este parón navideño volvemos con un caldo que nos ha sorprendido verdaderamente, uno de esos que, si nos lo ponen en la copa sin etiqueta en la botella, pensaríamos que es un vino de los caros. Os lo presentamos, es Monte Ducay Crianza 2010 cuya DO Cariñena y Bodegas San Valero, se nos muestra con un etiquetado sencillo y sobrio, y la realidad es que nos lo llevamos por su precio ya que nos cuesta 1,38 €.
Abrimos la botella y la dejamos airear, la vertimos en la copa y a simple vista es atractivo, tiene un color cereza con un borde que se opaca convirtiéndose su tonalidad a madera indicando así su paso por barrica.
Cuando olemos, nos sorprende, no se nota el alcohol y tiene una ligera nota balsámica y a madera, al pasarla por boca es redondo, es decir, no resalta en ninguna parte de la lengua, y predomina el sabor a fruta roja, cuando lo tragamos tarda poco en irse el sabor.

Es una apuesta segura cuando invitamos a comer a alguien y no sabemos que tipo de caldo le gusta.