Como os pusimos en el post anterior de la visita a Bodega Urbana, probamos la botella de Cabernet Sauvignon que compramos allí.
Nos fijamos en la botella donde viene el logotipo de Bodega Urbana en la etiqueta junto con la variedad de uva que contiene dentro. Nos ponemos a abrir la botella y resulta que el tapón es de rosca algo que comprendemos perfectamente ya que este tipo de botella la utilizan para hacer las mezclas al gusto de los clientes. Nos cuesta 5 euros.
Vertimos en líquido en la copa y dejamos que entre en contacto con el aire, olemos una primera vez y no nos resulta fuerte, todo lo contrario, es más bien suave y no se nota el alcohol en la nariz. Al darle un poco de movimiento dentro de la copa todos los aromas se funden y potencian, nos viene a la memoria aromas a trufa y a café, al saborearlo no resalta excesivamente en ninguna parte de la lengua, lo que sí se nota es un poco áspero en el paladar el sabor, que tiene un tono herbáceo, se va en unos cuatro a cinco segundos. Nos fijamos en su color, ciruela intenso con matices violáceos, necesitaría un filtrado más ya que nos fijamos que todavía tiene posos en suspensión, algo que no nos importa porque tampoco molesta.
Puede ser una buena opción para probar con amigos.
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