lunes, 2 de septiembre de 2013

Bodega Gonzalez-Byass

Organizamos una visita a la Bodega Gonzalez-Byass para ver cómo es su presente pero adentrarnos en su pasado y vislumbrar su futuro.

El inicio, como en todo, es comprando la entrada y existen varios tipos, nosotros elegimos una opción que tiene dos copas y tapa a 16,5€ pero todas nos parecen asequibles. Emprendemos nuestra visita en una sala muy fresca y con accesibilidad a minusválidos llena de fotografías de personajes emblemáticos que han estado allí y han firmado las barricas, aquí llamadas "botas", acto seguido vamos al primer lugar emblemático la bodega de la concha, llamada así por su forma y donde se encuentran las botas alrededor y con las banderas de los diferentes países y comunidades autónomas donde ha llegado Tio Pepe, nos damos cuenta que Gonzalez-Byass son varias bodegas dentro de una misma.


La siguiente parada, su trenecito, que nos hace un recorrido por el interior del complejo donde tienen viñas y unas vistas preciosas.



Nos dejan en el siguiente punto la Bodega El Cuadrado donde nos explican que de sus caldos no se sabe los años que tienen porque tal y como se hacen, utilizando el método de sacar un tercio de la solera, o sea del vino de las barricas apiladas a ras de suelo, y reponiéndolo con un tercio de la bota superior y así hasta llegar a la bota mas alta que se rellena con el vino nuevo.
A continuación nos ponen un corto explicando su historia a través de un personaje internacionalmente conocido el Tio Pepe, nos resulta entretenida y nos da paso a que veamos la Bodega de los Apóstoles una sucesión de barricas que simbolizan a los apóstoles que acompañaron a Jesús, con éste en medio, además de cómo eran los primeros apilamientos de botas.


En otro rincón tres barriles con tapa de metracrilato donde se ve el proceso de fermentación y, la siguiente sala, la de los Reyes donde se exponen botas con los nombres de los Reyes, sus consortes, a un lado, y la línea sucesoria, al otro junto con personajes célebres. Andamos un poco y nos adentramos en el corazón, en la bodega inicial, en la que Tio Pepe puso sus primeras botas, pasamos un pasillo y vemos las fotos de los famosos ratones bebiendo vino y acabamos la visita degustando una copa de fino y otra de oloroso junto con una tapa de queso semicurado y una tosta con lomo y salsa verde, muy exquisito pero algo corto, muy corto, de vino a catar.

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